El 2020 fue un año complejo que nos llevó a establecer nuevas formas de trabajo, comunicación y estudio, y a enfrentar los retos del día a día. Todos los sectores sociales se vieron afectados de una u otra manera: nuestros hijos y alumnos no fueron ajenos a padecer estos cambios.
A los niños y jóvenes también se les pidió, de un día a otro, que dejaran de asistir a la escuela y comenzaran una educación a distancia, a veces sabemos lo que nos ha ocurrido como padres, docentes y adultos, pero es importante detenernos a meditar en los sentimientos de nuestros niños.
No importa el país, o el contexto rural o urbano, los niños también están viviendo emociones de tristeza y frustración, enojo y obligación, pues no les ha quedado más que encarar lo que se les está presentando.
Por eso, en nuestra última sesión del año pasado, llevamos a cabo la tercera parte del ciclo de Talleres Resiliencia y Aprendizaje, el cual estuvo enfocado en “El bienestar de los alumnos”. La intención de la sesión fue generar un espacio de diálogo y reflexión con maestros, madres y padres de familia alrededor del manejo de las emociones de los estudiantes.
En ella, se compartieron diversas estrategias y ejercicios que pueden ser útiles para reforzar las habilidades socioemocionales de los estudiantes, procurar su bienestar y motivarlos para aprender desde casa.
Coloreando mis emociones
Es bueno darle un nombre a lo que estamos sintiendo, pues eso nos permite salirnos de la emoción y verla desde afuera.
Objetivo: Este ejercicio sirve para aprender a escuchar y observar nuestro cuerpo. En estos tiempos es importante que los niños y jóvenes hagan una pausa y reconozcan cómo se sienten e identifiquen esas emociones.
Materiales: Hoja blanca o cuaderno, lápiz o pluma y colores.
Instrucciones:
1. Pide a tus alumnos que dibujen su silueta sobre una hoja blanca o cuaderno.
2. Ahora, pídeles que cierren los ojos o miren hacia un punto fijo y que se aseguren de tener las plantas de los pies sobre el piso.
3. Luego, que hagan una inhalación suave y, al exhalar, que traten de sacar todo el aire. Deben repetir el ejercicio dos veces.
4. Ahora es tiempo de alinearse con sus emociones. Pídeles que recuerden un momento que los hizo sentir enojo, recapitulen con quiénes y dónde estaban, luego traten de ubicar en qué parte del cuerpo sintieron el enojo.
5. Realicen el mismo ejercicio pero ahora con una emoción de alegría, qué cosas maravillosas les ocurrieron en los últimos días, cómo se sentía y en qué parte del cuerpo lo experimentaron.
6. También pueden traer a la memoria momentos tristes, de miedo, angustia o asombro. Todas las emociones son válidas, todas nos han acompañado en distintos momentos. Siempre deben ubicar en qué parte del cuerpo sintieron esas emociones.
7. Pídeles que vuelvan a inhalar profundamente. Al momento de exhalar, que abran lentamente los ojos para regresar al aquí y al ahora.
8. En la silueta que dibujaron deberán ubicar las emociones que encontraron y asociarlas con un color diferente.
9. Si es posible, divídanse en grupos pequeños y compartan sus experiencias durante el ejercicio.
10. Una vez que los grupos estén de regreso, pregúntales: ¿qué descubrieron?, ¿cómo se sintieron?, ¿a qué colores y partes del cuerpo asociaron las emociones?
Muchas veces los niños y los jóvenes sienten estas emociones, pero no saben cómo darles un nombre o cómo expresarlas. Esta actividad no solo sirve para que las reconozcan, sino también para que aprendan a manejarlas.
Ubicar las emociones y ponerles un color nos permite conocernos a nosotros mismos; además, compartir y dialogar esta experiencia con otros compañeros los hará más empáticos.
Blanca Pastrana, participante de la sesión, nos compartió: “Lo que descubrí en esta actividad es que somos únicos e irrepetibles, es decir, las emociones van acordes a las situaciones que hemos vivido, las reflejamos en diferentes partes de nuestro cuerpo, algunos ubican el enojo en el abdomen, otros en la cabeza, pero siempre el cuerpo nos dice cómo estamos y por eso hay que saber escucharlo”.
En estos tiempos es importante que los niños y jóvenes hagan una pausa y reconozcan cómo se sienten e identifiquen esas emociones.
Vehículo de mediación
Durante el taller, tuvimos una breve sesión dia con una imagen que nos ubicó en el momento actual de la educación a distancia. Este vehículo de mediación puede servirnos para reflexionar con los estudiantes y saber cómo ha sido esta transición para ellos.
La imagen presentada es parte del mural Fin del recorrido (1928), de Diego Rivera.

“Esta imagen me evoca la cuestión de familia, de unión, y de ejemplo, se habla mucho de que se educa más con el ejemplo que con todo lo que se pueda decir. En la imagen cada quien está en sus labores, cada quien puede estar haciendo lo que le corresponde de acuerdo a su función, como hijos, adultos o padres”, señaló América, docente participante en el taller.
Lourdes nos compartió: “Yo, al ver la imagen y recordando un poco a mis niños, me imagino que es para ellos un momento de mucha frustración; mis niños me han dicho que no les gusta esto, que quieren ir a la escuela y asistir a clases, muchos de ellos están sintiéndose un poco tristes por el hecho de no verse y de no compartir los momentos que solían pasar en la escuela”.
Lidia, madre de familia, expresó: “La madre de la foto está en paz, está haciendo su labor muy tranquila y yo lo que creo es que nuestros hijos vieron todo lo contrario, toda la desazón, la desorganización y el estrés; creo que fuimos los adultos los primeros en no querer deshacernos de nuestras rutinas. El adulto le puso en la mesa a los hijos la falta de adaptación al cambio, porque nosotros mismos no supimos cómo hacerlo, y ahora pienso en qué diferencia hubiese sido tomar esto en paz y transmitirlo así”.
Estrategias contra el aburrimiento, el estrés y la frustración de los niños y jóvenes
A continuación, les compartimos algunas estrategias que docentes, madres y padres de familia han puesto en práctica para fomentar el bienestar y transformar las emociones negativas en sus hogares y aulas virtuales.
- Poner el ejemplo, mantener una actitud positiva.
- Colaborar con otros.
- Apoyarse como familia.
- Tener silencio y respeto por las distintas actividades: una estrategia que podemos implementar en nuestras casas es que cada quien tenga su espacio y su tiempo para realizar sus actividades.
- Habituarse al cambio, aprender de los niños su rápida adaptación.
- Hablar, sentir, expresar y escuchar más allá de las palabras de los niños: prestar atención a sus acciones y miradas para saber cómo se están sintiendo realmente.
- Fomentar momentos agradables: los juegos, la risa, los cuentos, las pausas activas, los cantos.
- Disfrutar el tiempo juntos.
“Disfrutar es un ingrediente indispensable en el aprendizaje, algo se queda en nuestro cerebro cuando de verdad lo estamos disfrutando; aprender es un gozo y es algo innato en los niños”, concluyó Laura Hernández, facilitadora de la sesión.
Ser y aprender
Esta serie de talleres se desprende de una intención más grande que empezamos en el Congreso digital para maestros: aprendizaje y bienestar en tiempos de adversidad, que hicimos en alianza con Bécalos y donde estuvimos presentes para hablar de habilidades socioemocionales.
Como resultado de dicha participación, lanzamos la plataforma https://seryaprender.mx. Esta página es gratuita y en ella se pueden encontrar diversas actividades para realizar con los niños.
También te invitamos a participar en nuestro curso Educar con intención, donde reconocerás el poder de la intención consciente para lograr aprendizajes trascendentes; además, conocerás las bases de la mediación dia para crear espacios educativos dinámicos y participativos.
Dirigido a docentes y educadores interesados en convertirse en mediadores de aprendizaje.