
“Aquí enseñamos a través del arte”, le dijeron a Jesús Alvarado, maestro de geografía, cuando lo contrataron en el Colegio Vizcaínas. El ciclo escolar 2021-2022 apenas empezaba. En ese momento para él no significó ningún reto; pensó: “Bueno, mostramos imágenes de arte y ya”. Pero entonces tampoco sabía que estaba a punto de reinventar su práctica docente, de descubrir una nueva forma de impartir su materia.
¿Geografía a través del arte? ¿Es eso posible? Al principio, el maestro Jesús probó distintos ejercicios para integrar el arte a sus clases: por ejemplo, les pidió a sus alumnos de secundaria que, con una foto, reinterpretaran la escultura de Gaia (Lorenzo Quinn). Algunos la representaron con papel, otros con algún objeto, así que el maestro decía: “Ellos entendieron que estamos trabajando con arte, los estoy involucrando con una escultura”.
Otro día, les aplicó un cuestionario donde cada pregunta tenía una pintura que se relacionaba con algún contenido geográfico. Debajo de las imágenes puso el nombre de la obra y del autor. Entonces el maestro sentía que estaba cumpliendo con el encargo: enseñar con arte. Sin embargo, poco después, se dio cuenta de su error:
“Yo insistía en que les estaba enseñando con arte, pero en realidad solo ocupaba las imágenes como apoyo visual, únicamente hacía que los alumnos conocieran algunas pinturas, pero el arte que utilizaba solo era con fines ilustrativos. En un principio, ese era mi concepto de enseñar con arte, hasta que tomé el curso de Introducción a la mediación y comprendí todo lo que conlleva la metodología dia“.
- Profesor Jesús Alejandro Alvarado
El maestro Jesús, que lleva 12 años de trayectoria docente, necesitó tiempo para conocer la estructura de la metodología, aprender y entender cómo debía adaptarla a su materia. Luego de algunos meses de formación, el profesor se aventuró a dar su primera sesión dia.
Manos a la obra
“Para mi primera sesión, empleé la metodología paso por paso, con cada uno de sus cinco principios pedagógicos: hice mi encuadre, planee la sesión, compartí con los chicos el tema y el aprendizaje esperado, determinamos juntos las reglas para la clase e iniciamos con un ejercicio para orientarnos y motivarnos”, explicó el maestro.
Días previos a su primera sesión, el profesor visitó el mercado Aberlardo Rodríguez, ubicado a unas cuantas calles del colegio, en el centro histórico de la Ciudad de México. El tema que impartiría sería el de recursos naturales, por lo que buscó un lugar que quedara cerca de la escuela y que incluyera obras de arte. Para su fortuna, el mercado Abelardo Rodríguez encajaba muy bien porque contiene murales que fueron pintados por los alumnos de Diego Rivera y que representan la industrialización y el trabajo de campo. Grabó un video de los murales y lo proyectó en su sesión como parte de los principios Orientar y Motivar.
Murales del mercado Abelardo Rodríguez
En la sesión nombró a un alumno auxiliar que le ayudó a cambiar las diapositivas, a un escribano para anotar las ideas en el pizarrón y a una copista que llevó el control de las participaciones. Con las imágenes del mercado, el maestro hizo tres tipos de preguntas:
- De descripción: ¿Qué están haciendo las personas de la pintura? ¿Qué productos logras distinguir entre la primera imagen y esta otra?
- De narración: ¿Qué percibes de las personas? ¿Qué te llama la atención de la imagen? ¿Qué les dice el rostro de los personajes?
- De imaginación: ¿Cómo te imaginas que serían los sonidos de esta imagen? ¿Qué imaginas que estaban pensando las personas en ese momento? ¿Qué crees que nos quiso transmitir el autor con sus imágenes?
El maestro Jesús reveló después:
“Los niños comenzaron a describir todo lo que veían y empezaron a soltarse. Me sorprendió que trataban de imitar a los vendedores y hacían sonidos del mercado, incluso se imaginaron los olores. Interpretaron las emociones de las personas y empezaron a sacar argumentos de sus propias opiniones. Al describir las imágenes descubrieron que se trataba de la industrialización, entonces aproveché para hablarles de las actividades primarias, secundarias y terciarias. La etapa de Orientar y Motivar me sirvió mucho porque los chicos estaban muy centrados en las imágenes”.
Luego el profesor les pidió que en sus cuadernos respondieran de forma individual estas preguntas: ¿Qué actividades hacían las personas de las imágenes? ¿Qué expresan las personas? ¿De dónde crees que provienen los productos que se muestran? ¿Cuál es la importancia de estas actividades en nuestra vida diaria? ¿Cómo se relacionan los murales con el tema de recursos naturales y materias primas?
A los principios de Orientar y Motivar les dedicaron toda una sesión, así que al día siguiente avanzaron en los principios de Generar y Rescatar: “En esta etapa trabajamos un mapa conceptual de recursos naturales, retomamos las ideas que los chicos habían mencionado un día antes y de ahí empezamos a clasificar las materias en actividades primarias, secundarias y terciarias. Eso nos llevó otro día”.
Para la tercera sesión, el profesor trabajó el último principio de Cerrar y Trascender, para lo que ocupó tres videos: uno sobre la desnutrición por la falta de recursos naturales, otro acerca de la explotación de los mismos y un tercero sobre la huella ecológica. Con esto, los alumnos elaboraron una carta compromiso con seis acciones a favor del clima y del manejo de los recursos:
“A través de la carta externaron sus sentimientos y emociones. Con su reflexión final, noté que se había despertado en ellos una chispa por la justicia social y el cuidado del planeta. Al final descubrí que todos los niños habían participado, no faltó uno que no alzara la mano, hasta los que nunca participan lo hicieron. Creo que fue así porque las preguntas no iban en torno a compartir conocimientos de geografía sino de externar sus opiniones y emociones. Los niños estuvieron centrados y respetaron las ideas de los demás”.
A partir de esa primera experiencia, el profesor descubrió que hay una variedad de imágenes y recursos artísticos que pueden utilizarse para la construcción del diálogo y el conocimiento: “El siguiente tema que quiero tratar es el de la globalización y me gustaría integrar la clase dia por lo menos una o dos veces por bloque. Creo que solo hay que dedicarle un poco de tiempo para encontrar los recursos adecuados”.
Maestro dispuesto, alumnos contentos
El profesor está feliz de haber descubierto la metodología porque percibe que sus alumnos disfrutan la clase y tienen mayor apertura y seguridad para participar:
“A veces, como maestros solo damos una clase expositiva y esperamos que los alumnos lo hayan entendido todo, pero ahora he descubierto que es muy padre escuchar sus emociones y desarrollar otras habilidades como la empatía y la sensibilidad. Se les movió la espinita de la injusticia y hay un cambio de actitud en ellos, mayor apertura y comunicación. Cuando llego a su salón se levantan para saludarme, para platicarme cosas y la verdad eso no sucedía; a lo mejor ya no me ven como la autoridad del salón que solo llega y expone un tema, sino que tienen la seguridad y la confianza para ser ellos y acercarse a mí”.
Otra virtud que el maestro encuentra en la metodología son las frases o palabras de aliento que se pueden emplear para motivar a los estudiantes, como: “Lo que acabas de decir es cierto”, “Adelante, me interesa escuchar tu opinión”. Palabras de aliento que los hacen sentir tomados en cuenta.
“Algunos profesores se resisten y dicen ‘ninguno de mis temas se presta para enseñarlo a través del arte’, pero yo pienso que […] nos falta buscar para ver que sí se puede. Estoy orgulloso de ser parte del Colegio Vizcaínas, porque es el primero en certificarse en la metodología dia, y aún con sus 255 años funcionando tiene la apertura para cambiar sus métodos de enseñanza y adaptarse a las necesidades actuales”.