Las emociones son nuestras, vienen con nosotros porque nacimos con ellas. Sentir es una facultad para poder vivir la vida y disfrutarla. Nos sirven para conducirnos de manera plena al servicio de nuestra existencia. Hemos descubierto que cuando sentimos tanto, tenemos una tendencia a sensibilizarnos. Imaginar una vida sin emociones sería infernal.
Las emociones nos provocan a actuar, pues decidimos desde lo que nos emociona. Cuando no las regulamos, pueden hacernos reaccionar y decidir de la mejor o de la peor manera, afectando para bien o para mal nuestra vida.
Estamos viviendo en un contexto sin precedentes donde las habilidades socioemocionales toman un papel aún más relevante. El largo confinamiento ha puesto a prueba nuestras habilidades socioemocionales, pero…
¿Qué son las Habilidades Socioemocionales (HSE)?
Son un conjunto de conductas de personalidad que ayudan a los individuos a manejar sus emociones. Nos permiten conocernos y conocer a los demás, algunas se aprenden desde la infancia de una manera muy natural y nos definen como personas. Nos ayudan a generar relaciones estrechas y a estar bien con nosotros y con nuestro entorno.
Adquirir HSE (Habilidades Socioemocionales), nos da la oportunidad de presentarnos como seres completos y humanos funcionales. Manejar nuestras emociones y aprender a conducirlas activa nuestro sentido de inteligencia.
A veces la razón nos dice cuál es la emoción que debemos sentir en ciertas circunstancias, pero la inteligencia emocional, nos ayuda a utilizar la emoción correcta. Las HSE nos ayudan a aceptar y validar nuestras emociones, no se trata de controlarlas, sino regularlas; es decir, darles su lugar, reconocerlas, nombrarlas y trabajar con ellas.
Regular las emociones nos da tranquilidad, estabilidad y nos sirve sobretodo para mejorar nuestro estado de ánimo.
La importancia de las Habilidades Socioemocionales es que nos ayudan a conseguir el bienestar.
¿Qué beneficios básicos trae el desarrollo de las HSE?
La maestra en Psicobiología y doctora en Psicología Educativa, Cimenna Chao Rebolledo, destaca 3 beneficios básicos.
- Las HSE son para la vida, nos permiten vivir nuestras experiencias emocionales con más conciencia y aceptación, nos dan “permiso para sentir” y en ese sentido nos genera autonomía emocional, libertad para expresar y para sentir.
Para sentir, además, con responsabilidad al tomar decisiones y actuar con mayor conciencia, eso nos ayuda a generar relaciones interpersonales más positivas, más empáticas y más armónicas, también nos previene conductas de riesgo porque en la medida en la que reconocemos y regulamos nuestras emociones evitamos caer en situaciones de riesgo. - Son benéficas para la vida productiva en general y en particular para la vida académica de estudiantes pero también de docentes. Practicar la educación socioemocional en nosotros mismos nos permite aclarar nuestros pensamientos y generar una mente más calmada, lo cual apoya el aprendizaje.
Las estructuras cerebrales que intervienen en el proceso emocional también intervienen en los procesos cognitivos y ejecutivos, entonces cuando vivimos emociones intensas, nuestras regiones cerebrales que se disponen a poner atención para aprender, se ven de alguna manera controladas por esas emociones intensas, así que, aprender a reconocer y a regular esos episodios emocionales nos permite calmar la mente para actuar con mayor atención y aprender de los momentos aflictivos. - Nos generan salud, porque aprender a lidiar con nuestras emociones, incluso las emociones de gozo, de una manera plena y consciente, conociendo esos pequeños momentos de la cotidianidad que nos hacen sentir y estar bien, física y mentalmente.
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