En este blog te compartimos la historia de mediación de Christian Tun, miembro de la Comunidad DIA, quien puso en práctica sus habilidades de liderazgo para servir a una comunidad.
Es diferente crear algo al mismo tiempo que crear algo juntos. Es decir, no es lo mismo que un grupo de personas esté reunido para buscar la solución a un problema, donde cada integrante diseña su propio método y luego se sujeta a votación la elección final, a cuando un grupo de personas entablan un diálogo generativo para buscar una solución. En este escenario se busca que la mente colectiva trabaje por un mismo objetivo. A este fenómeno se le llama co-creación.
El Instituto de Mediación Pedagógica promueve que los líderes educativos establezcan espacios de co-creación en sus comunidades educativas con la finalidad de desarrollar nuevas capacidades y habilidades hacia un desarrollo humano integral, para la transformación consciente de la persona y su comunidad.
Un ejemplo de co-creación
Christian Tun Tun es originario de Tahmek, Yucatán, y licenciado en Biología. Como parte de su búsqueda por un componente social que completara su formación, se integró a las filas de Enseña por México, donde actualmente está cursando una maestría de Liderazgo y Educación. A través de este camino, Christian conoció al Instituto DIA, donde también completó el Diplomado de Mediación Pedagógica dia.
Estas experiencias lo llevaron a trabajar a El Manglito, un barrio de pescadores ubicado a las afueras de La Paz, Baja California Sur, en donde recientemente puso en marcha un laboratorio de ciudadanía creativa con los niños y jóvenes de esa comunidad. El espacio fue posible gracias a la colaboración con BCSicletos, una ONG de ciclismo urbano que tiene tres ejes estratégicos relacionados con la disminución de la huella de carbono, el monitoreo de la calidad del aire y el activismo en los adolescentes de la comunidad del Manglito.
Entrevistamos a Christian para que nos contara sobre su experiencia de co-creación.
“Cuando conocí a BCSicletos, tenían el proyecto estancado porque estaba completamente descontextualizado, ya que lo querían replicar de una escuela tipo Montessori, pero la población y los recursos del Manglito son completamente diferentes. Entonces, hablé con el director de la asociación para retomar el laboratorio con una intención distinta: escuchar las necesidades e intereses de los niños y jóvenes de la comunidad”.
Una vez que contó con el apoyo del director y de la asociación, Christian diseñó la sesión de co-creación basado en tres puntos principales: ¿cómo percibían los niños y jóvenes a su comunidad?, ¿cómo les gustaría verla? y ¿qué habilidades ellos creían necesitar para tener ese Manglito de sus sueños?
Manos a la obra
Con el apoyo de sus compañeros, que también son profesionales de Enseña por México, realizó la sesión utilizando momentos dia, un “café del mundo”, mapas y actividades creativas.
“El gran objetivo era que los niños y jóvenes diseñaran los talleres que se iban a impartir en adelante; por eso necesitábamos escucharlos, conocer sus sueños, aspiraciones e intereses. Para lograrlo, necesitábamos pasar por un proceso de sensibilización donde ellos pudieran entender y aterrizar sus ideas”, explicó Christian.
Ejercicio de co-creación
Cuidaron mucho que no hubiera ninguna influencia por parte de los adultos, y aunque algunos padres estuvieron presentes, se les pidió que no participaran para no “contaminar” los deseos de los niños. “Si a un niño le dices una palabra, la repite, así que evitamos que fueran influenciados por su padres, pues queríamos que las ideas surgieran completamente de ellos”, señaló Christian.
Posteriormente, iniciaron un repositorio de aliados y lanzaron una convocatoria en Internet para conseguir a la gente que daría los talleres.
“El primer taller que se impartió fue de encuadernación artesanal, pensando en que los chicos tuvieran un diario de trabajo. Además, al finalizar cada taller, vamos a tratar de que ellos exploren sus procesos metacognitivos y todos sus aprendizajes. Eventualmente queremos que los mismos niños de la comunidad den algunos talleres para otras personas, que se empoderen en esta cuestión porque ellos tienen muchas habilidades, sobre todo en la pesca; hay algunos turistas en La Paz que quieren aprender a pescar y hay niños que saben hacerlo, así que ¿por qué no?, en algún momento los niños pueden convertirse en talleristas”.
Rescate de aprendizajes
En su primera experiencia como coordinador de una sesión de co-creación, Christian nos contó que una virtud de las sesiones dia es que uno nunca obtiene lo que esperaba al principio: “Eso no es malo, al contrario, pienso que al no obtenerlo quiere decir que realmente escuchamos a los niños, porque si dijeran lo que queríamos escuchar seguramente habríamos contaminado sus comentarios sin darnos cuenta”.
Otra de las cosas más complicadas en la sesión fue la diferencia de edades, pues participaron niños de entre 5 y 17 años de edad, lo que dificultó el desarrollo de una sesión multinivel y funcional para todos. Pero, a pesar de eso, Christian observó que los más grandes funcionaron como autorreguladores porque calmaban a los pequeños y técnicamente se convirtieron en sus aliados.
“La sesión duró dos horas y media; entonces tuvimos que usar muchas estrategias para recuperar la atención de los niños. Esto me dio experiencia de cuánto tiempo puede tolerar un niño mantenerse atento, descubrí qué cosas puedo mejorar, como la modulación de la voz o el arte de las preguntas para generar el diálogo. Creo que siempre se puede mejorar, pero al final se cubrieron los objetivos”, consideró Christian.
Ejercicio de co-creación
La magia de la mediación dia
Christian nos compartió lo que más rescata de la mediación dia:
“Hay algo muy complicado que pasa cuando quieres escuchar a otros: siempre queremos dar nuestra opinión, es muy difícil apagar la voz del juicio y mantenerse neutro, pero creo que la metodología dia te da precisamente eso, una forma controlada y dirigida de poder escuchar a los otros, hacer que reflexionen sobre algún tema y no contaminar lo que ellos están aportando”.
Christian considera que a partir de esta sesión de co-creación, BSCicletos y su staff empezaron a respirar al mismo ritmo de la comunidad; ya la pueden entender y están muy conscientes de su papel en ese lugar.
Te invitamos a participar en el curso Liderazgo para integrar a la comunidad educativa y, así como Christian, generar experiencias de co-creación en tus comunidades educativas. Aprenderás a reconocer y desarrollar tus habilidades como líder a través de herramientas y estrategias planteadas desde una perspectiva sistémica.