Imaginemos un salón de clases. ¿Dónde se encuentra el profesor respecto a los estudiantes? ¿Quién habla? ¿Quién calla? ¿Cómo se configura la enseñanza? ¿Qué es lo que se está enseñando? Podemos pensar en distintos escenarios, por ejemplo, un modelo jerárquico en el que el docente transmite el conocimiento de manera vertical, mientras que los alumnos desempeñan un papel más bien pasivo, sin participar realmente en la construcción de ese conocimiento. Sin embargo, existen muchas otras formas de enseñanza con diferentes metodologías, objetivos y enfoques. Todo esto influye en la manera en la que se concibe y se experimenta la enseñanza, y La Vaca Independiente se ha abocado desde sus orígenes a buscar maneras de innovar los espacios educativos y de desarrollo personal.

La metodología dia propone un esquema cuyo eje primordial es el estudiante, quien jugará un papel fundamental en la construcción —por medio del arte— del saber a través de la participación activa. De este modo, la función del docente cambia de la de un impartidor de conocimientos a la de un mediador del aprendizaje

Entre julio de 2018 y septiembre de 2019, La Vaca Independiente y la Universidad de Colorado (UC) colaboraron en una investigación sobre los efectos del programa de formación docente dia SER para Aprender. El proyecto corrió a cargo de las investigadoras Sona Dimidjian (directora del René Crown Wellness Institute de la UC, dedicado al estudio del bienestar en la población más jóven), Leah Peña Teeters y Michelle Shedro, quienes coordinaron al equipo de investigación de la UC, y contó con la participación de más de 100 maestros de 4to, 5to y 6to de primaria en la Ciudad de México. Aunque los estudios se realizaron previo a la pandemia por covid-19, los hallazgos se vuelven relevantes en el contexto actual en el que las habilidades socio emocionales y la construcción de ambientes de aprendizaje representan herramientas poderosas para la generación de conocimiento. 

Reaprender la educación

Este estudio giró en torno a dos preguntas base: primero, cómo se transformaron las prácticas y habilidades pedagógicas de los docentes que participaron en el programa “Desarrollo de la Inteligencia a través del Arte: SER para Aprender”, y segundo, cómo contribuye esta transformación al desarrollo integral de los estudiantes y al ambiente en el salón de clases. A la propuesta pedagógica dia no solo concierne el contenido formal del curso, sino que busca cultivar herramientas socioemocionales y de lenguaje, así como habilidades de escucha, participación, diálogo e indagación que trasciendan el espacio académico. ¿Cómo transmitir estas habilidades a los docentes? Pues del mismo modo que a los estudiantes: de manera vivencial a través de la experiencia. 

Las sesiones de formación dia se llevaron a cabo a lo largo de ocho semanas en las instalaciones de La Vaca Independiente en la Ciudad de México. Con ayuda de la mediación de dos instructores experimentados, posters con los contenidos del curso en las paredes y las sillas dispuestas en un semicírculo, se fomentó la participación activa, las discusiones en grupo y la reflexión contemplativa. De esta forma, el modelo de construcción horizontal promovido por la metodología dia estuvo presente desde el primer momento. 

Para llevar a cabo la investigación, se tomaron como referencia dos momentos en el tiempo —antes y después del programa de formación— y dos grupos. El primer grupo estuvo conformado por los docentes que participaron en el programa de formación dia, y el segundo, por aquellos que mostraron interés en el programa, pero aleatoriamente no fueron seleccionados para tomar el curso en esta ocasión. Para cada grupo se tomó en cuenta no solo el desempeño de los docentes, sino también el de sus estudiantes. 

¿Qué se observó en los docentes?

Al repensar su papel dentro del aula, los maestros desarticularon la idea del docente como una figura de autoridad, lo cual permitió una enseñanza multidireccional en lugar de la unilateralidad de los modelos tradicionales. Dado que la perspectiva de su labor ya no busca solamente transmitir datos para cumplir con un temario, los maestros tuvieron un mayor margen para innovar las prácticas y fomentar el acercamiento y la participación de los alumnos en el desarrollo del conocimiento. 

Para lograr este cambio en la identidad y el enfoque de los docentes, el programa de formación dia tuvo como objetivo instruir a los maestros en habilidades muy distintas a aquellas que se miden en las pruebas estandarizadas; por un lado, la Observación DIA, y por otro, las Capacidades de Mediación (orientar, motivar, generar, rescatar, y cerrar y trascender). Como afirma uno de los maestros que participaron en el programa de formación, “dia te ayuda a identificar que [sic] a través de la observación, a través de la escucha y a través del reconocimiento de las emociones, ellos son distintos. Y se cambia la práctica docente completamente”. 

Los estudios demostraron que el desarrollo de herramientas socioemocionales ayudó a los maestros a reducir sustancialmente el estrés y el cansancio emocional, en comparación con aquellos que no participaron en el programa de formación. Esto tuvo un impacto dentro y fuera del aula, pues también se observó un aumento en el apoyo emocional que los maestros brindaron a sus alumnos, como lo demuestran las reflexiones de una maestra que formó parte de la investigación: “Deseo seguir fomentando en mis alumnos la práctica de los valores, la buena respiración, observación atenta, escucha activa, empatía, solidaridad, trabajo en equipo, responsabilidad y compromiso”.

¿Qué se observó en los alumnos?

Al crearse estos espacios en los que el aprendizaje pretende un proceso holístico, los estudiantes desarrollaron habilidades que no solo les permitieron participar activamente en la construcción del conocimiento, sino que también adquirieron herramientas y recursos emocionales para autodefinirse y vincularse con el entorno. Así da cuenta el testimonio de otra maestra, quien escribió en su cuaderno: “Mis alumnos han mejorado mucho en la autorregulación. Ya que ellos empiezan a darse las reglas del juego. Se han vuelto más empáticos y solidarios con sus compañeros”.

De este modo, el cambio en la autopercepción de los maestros derivó en un cambio radical dentro del salón, lo cual permitió a los alumnos expandir los horizontes sobre lo que significa aprender, la manera de acceder al conocimiento y cómo aplicarlo en sus propias realidades. Asimismo, durante este tiempo, los estudiantes también encontraron motivaciones para aprender que iban más allá de los logros académicos (metas personales, aplicar lo que vieron en la escuela en su vida diaria, etc.).

En el plazo en el que los maestros asistieron al programa de formación, los alumnos pasaron de preferir el trabajo individual y en silencio a buscar formas de aprender colectivas, a partir de la práctica y la discusión en grupo. Un concepto fundamental dentro de la metodología dia es la consciencia sobre sí mismo y los otros, para fomentar dinámicas en las que la individualidad de cada estudiante contribuya a la colectividad del grupo y, a través de la escucha activa y la observación —tanto de los demás como de uno mismo, estudiante o docente—, el aprendizaje se nutra de la colaboración de todos. Para que esto funcione, el docente, más que transmitir el conocimiento, debe facilitar las herramientas para generar espacios de escucha y participación grupal.

Esta transformación fue tan trascendente en su concepción del aprendizaje que, al pedirles que dibujaran un salón de clases, los alumnos pasaron de mostrar una distribución tradicional —con el maestro al frente y los alumnos sentados cada uno en su banca— a una configuración en la que el maestro está al centro y los alumnos trabajan en equipos. 

Reforzar las raíces

Esta colaboración entre La Vaca Independiente y la Universidad de Colorado continúa pavimentando el camino hacia nuevas rutas de enseñanza y aprendizaje. Con presencia en escuelas a lo largo de todo el país y el respaldo de la SEP, la metodología dia lleva casi 30 años sembrando semillas cuyas raíces llegan ya al campo internacional. Al entablar un diálogo con diversas instituciones académicas, es posible ampliar el alcance de este modelo educativo no solo en términos cuantitativos, sino también cualitativos. Es un proceso simbiótico: el interés por estudiar nuevos mecanismos de aprendizaje ayuda también a nutrir el conocimiento y lo que entendemos por conocimiento.

En Instituto de Mediación Pedagógica estamos convencidos de la importancia de la autoconciencia, el diálogo continuo y los cuidados constantes: antes de poder cosechar los frutos, habrá que trabajar la tierra, cavar un hoyo, sembrar el árbol, regarlo, protegerlo de las plagas, podar sus hojas. En fin, el camino es largo y, muchas veces, duro, pero poco a poco se van observando los resultados, e incluso se obtienen semillas para seguir propagando un modelo que promete cambios sustantivos no solo en el papel, sino en el terreno real de la práctica pedagógica en México.