Por Cristina Díaz y Maricruz Reyes Otero

El conocimiento se construye activamente a través de la exploración, que los estudiantes aprenden mejor cuando participan activamente en su aprendizaje, y que la curiosidad y la autonomía son fundamentales en el proceso.

La alianza entre el Instituto DIA y la comunidad educativa del Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas, I.A.P, es un ejemplo vivo de lo que puede generar la colaboración entre instituciones, logrando una comunidad de aprendizaje que transforma profundamente la práctica educativa. Durante los últimos años ha sido una cooperación activa en donde líderes y docentes de esta institución han fortalecido sus herramientas pedagógicas, sus dinámicas e interacciones de manera interna, pero también con sus padres y madres de familia, y principalmente con sus estudiantes, reconociendo al arte como eje fundamental en su educación y permitiendo así que la metodología DIA se integrará de manera natural a su modelo educativo.

Con más de 256 años de tradición educativa, el Colegio Vizcaínas —ubicado en un emblemático edificio colonial en el corazón de la Ciudad de México— ha encontrado una valiosa oportunidad para renovar y fortalecer su compromiso de poner al centro a los estudiantes y su desarrollo humano integral. Esta comunidad escolar, enriquecida por su diversidad cultural, ha sido hogar de niñas y niños provenientes de familias coreanas, latinoamericanas y de otros contextos culturales, lo que ha impulsado una cosmovisión educativa que valora la interculturalidad y el sentido de comunidad local y global. Gracias a esta riqueza multicultural, el colegio forma seres humanos más sensibles, conscientes y comprometidos con su entorno.

En este artículo queremos compartir y hacer visible un poco del proceso de certificación como Escuela DIA en el nivel de secundaria, el cual sumergió a los docentes y líderes en una experiencia de reflexión, diálogo y construcción colectiva guiada por la metodología DIA.

La transformación de los docentes

Es un esfuerzo colectivo estar en constante formación como Escuela DIA. El acompañamiento, el seguimiento y la retroalimentación nos ayudan a modificar la práctica educativa, nos invitan a implementar todas las herramientas prácticas y a darles nuestra propia esencia; para ello se requiere de constancia, perseverancia y dedicación. En el ser y saber hacer damos paso a crear logros personales y colectivos, por esa razón reconocemos el trayecto formativo de todas las maestras y maestros de secundaria: por su gran valor de aceptar el reto y la dedicación de su tiempo y transformación humana, profesional y comunitaria.

Los docentes han comprendido —en la mediación DIA— la relevancia de diseñar y estructurar de una forma más integral el objetivo y las actividades desde la mirada de los principios pedagógicos que ayudan a enriquecer sus contenidos. Así, tienen un ojo más entrenado y sensible para la selección de varios vehículos de mediación: las imágenes de arte visual, libros, textos, poemas, audiovisuales, podcast; y de herramientas para la implementación de sus sesiones mediadas. Han conectado los temas y las preguntas para construir diálogo con sus estudiantes. Los espacios dialógicos se ven atravesados por la reflexión, los cuestionamientos y los argumentos; lo que permite favorecer el pensamiento crítico y aprender a sustentar sus conocimientos y experiencias en un espacio de confianza y seguridad.

La conexión que logran entre los temas y las preguntas detonadoras para fomentar el pensamiento analítico, van de la mano de los organizadores visuales y los ejercicios de cierre que les permiten reflejar la construcción del conocimiento colectivo. Dar la posibilidad a los estudiantes de poder generar preguntas y de rescatar las ideas primordiales, hacer visible la sabiduría del grupo, les permite motivar la participación dinámica; hacen presente un sentido de inclusión y validan sus aportaciones. Las actividades de cierre consolidan los aprendizajes y los llevan a pensar que lo aprendido se lleva más allá de las fronteras del aula, se trasciende a su vida diaria, para repensar colectivamente. Surgen preguntas esenciales como: ¿para qué nos sirven estos aprendizajes? ¿Cómo aplico esto en mi día a día? ¿Qué habilidades y conocimientos favorecemos en estos espacios dialógicos? ¿A qué me comprometo en mis acciones?

Qué observamos en el aula

Hemos tenido la oportunidad de estar en las aulas de los diferentes niveles educativos Ahora nos enfocaremos en las experiencias del nivel de secundaria. Para el Instituto DIA y el equipo de formadoras y observadoras ha sido una grata forma de atestiguar lo que sucede en los salones de clases, ver y sentir a la mediación DIA, cómo ésta se va incorporando con pasos suaves y considerando que la mediación tiene un inicio y varios caminos para acompañarnos de forma colectiva, cuidadosa, con auténtica escucha y la confianza de tener presente que es un proceso que se logra con la complicidad entre colegas y con las y los estudiantes.

Los docentes han integrado la mediación DIA y los principios pedagógicos en sus diseños para abordar los contenidos curriculares en las áreas de física, matemáticas, historia, cívica y ética, inglés, español, en laboratorio, incluso en las clases de música, teatro y actividades deportivas. Hoy tienen una mirada y horizontes nuevos a partir de conocer que la mediación no solo es una clase dia especial, sino sostener aprendizajes desde una sensopercepción, donde se conjugan las competencias, conectado con los conocimientos personales y colectivos, en los espacios que dan prioridad a la escucha genuina y profunda, en conversaciones que nos remiten a sentipensar en las posibilidades de accionar cambios en nuestras interacciones con las familias, escuela y sociedad.

Los docentes tienen un especial cuidado del bienestar socioemocional de sus estudiantes. Observamos que crearon ambientes de aprendizajes, compartieron herramientas para la autorregulación emocional y el reconocimiento de los estudiantes, fomentando la responsabilidad, el trabajo en equipo y algunas acciones como las siguientes:

  • Actitud empática y cercanía con los estudiantes.
  • Trato cálido y humano.
  • Creación de un ambiente de confianza y seguridad.
  • Reconocimiento de pensamientos y emociones de las y los estudiantes.
  • Fomento de la responsabilidad, concentración y trabajo en equipo.
  • Motivación para manejar y autorregular sus emociones (enojo, miedo, frustración).
  • Apropiación de los acuerdos de convivencia.

Valoramos que las maestras y maestros tienen una pasión y un compromiso por su propio desarrollo personal y profesional. Al encontrarnos en sus espacios, notamos que se entusiasman por compartir los temas, tienen gran dominio en sus áreas de experiencia; su inagotable búsqueda por acercar todo los medios y lenguajes para que sus estudiantes comprendan. En los procesos de los aprendizajes, son guías y tutores en el acompañamiento que les brindan a sus grupos; ayudan a disolver las dudas y tienen un acercamiento e interés por las y los alumnos con necesidades especiales. Las y los docentes realmente desean que los adolescentes reciban una educación integral que desarrolle sus competencias para su vida personal, profesional en bien de una sociedad más consciente de su entorno humano y natural.

Los y las docentes se mantienen en el rol de ser constantes estudiantes para seguirse preparando en sus contenidos, en apropiarse de mejores estrategias y en enfrentar los retos educativos, así como las complejidades del mundo que hoy se vive. Ellos y ellas dan lo mejor de sí mismos para fortalecer sus competencias, habilidades, actitudes y conocimientos, para motivar y gestar mejores relaciones con sus estudiantes por medio de un vínculo fuerte y sólido que les ayuda a reconocerse como personas valiosas que tienen en sus manos la transformación de los mundos que desean habitar y del cambio de las posibilidades y valores en sí mismos.

Reconocer el camino

La experiencia que se vivió en esta certificación como Escuela DIA permite ver el proceso colectivo que requirió tiempo, entrega, apertura, acompañamiento y un compromiso sólido de cada uno de los miembros del equipo por buscar nuevas formas de educar. La disposición del equipo del Colegio Vizcaínas por repensarse, formarse y abrirse a nuevos procesos, ha permitido abrir la puerta a aulas que se han fortalecido como un espacio vivo de encuentro, diálogo y construcción colectiva. Se fortaleció una mirada amplia y humana, la cual nos permite ver que la educación es un acto que transforma a nivel personal, social y cultural.

Desde el Instituto DIA reconocemos y agradecemos la colaboración, en los últimos años, del Dr. Erubey Salazar, director general del Colegio Vizcaínas, por su compromiso continuo con esta alianza y por impulsar con determinación el proyecto de ser la primera Escuela DIA en México. Su liderazgo ha sido clave para fortalecer la implementación de la metodología DIA en toda la comunidad educativa de este colegio. Extendemos también nuestro agradecimiento a cada uno de los directores de nivel, cuyo trabajo ha sido fundamental para hacer posible este proceso. Celebramos que los niveles de preescolar, primaria y ahora secundaria han logrado su certificación. Para secundaria, este logro no representa un cierre, sino una etapa que consolida aprendizajes, prácticas y nuevas perspectivas, resignificando el papel del docente como mediador del aprendizaje y del desarrollo humano integral.